lunes, 30 de mayo de 2011

Riesgos e impactos en la agricultura tienen los trangenicos

de las nuevas biotecnologías, la ingeniería genética es la que mayor preocupación ha generado por los riesgos potenciales de su aplicación, en aspectos relacionados con el ambiente, en las especies involucradas, en la salud, en los sistemas productivos y en la seguridad alimentaria, entre otros. Los grandes riesgos de la ingeniería genética radican precisamente en su poderosa capacidad de interferir en los procesos biológicos, ecológicos y evolutivos, cuyo funcionamiento estamos lejos de comprender y de controlar.


De acuerdo con Rissler y Mellon 1996, entre los riesgos ecológicos más serios que presenta el uso comercial de cultivos transgénicos se destacan: la expansión de los cultivos transgénicos amenaza la diversidad genética. Los cultivos transgénicos con genes resistentes a herbicidas presentan potencialidad de transferencia de estos genes a variedades silvestres o parientes semidomesticados y pueden crear supermalezas. El traslado horizontal y la recombinación de genes entre especies diferentes para crear nuevas razas patogénicas de bacteria y virus más nocivos.

Efectos de los transgénicos en la salud

Efectos en la salud..

Una de las mayores preocupaciones en el mundo sobre los transgénicos se relaciona con los posibles efectos sobre la salud humana y animal, puesto que no se puede predecir qué va a pasar con los genes manipulados una vez que entran en la cadena alimenticia, hasta llegar a los humanos.



En la construcción genética de un OGM se utilizan bacterias o virus, ya sean como virus promotores o las bacterias como vectores. Se requiere que estos virus y bacterias sean muy activos y agresivos, precisamente porque se necesita que tengan la capacidad de traspasar las barreras naturales de las células y bloquear su sistema inmunológico, el cual es capaz de inactivar elementos extraños que perturban su funcionamiento normal.



No hay estudios que muestren qué puede suceder al consumir, por ejemplo, papa transgénica que tiene incorporados los siguientes genes: un gen de resistencia a los antibióticos como marcador genético, un gen de resistencia a los herbicidas y un gen promotor proveniente del virus: virus del Mosaico de la coliflor (VMoCo). No se conoce verdaderamente si a través de la flora microbiana del intestino se puede transferir el gen de la resistencia a antibióticos o si puedan ocurrir mutaciones o interacciones entre los virus utilizados en la transferencia de genes y los virus patógenos que afectan el organismo.



La mayor preocupación respecto a los efectos en la salud de los alimentos transgénicos se relaciona con los genes que se utilizan en la construcción genética. En la transferencia de genes se utilizan vectores, genes promotores y genes marcadores que provienen de virus y bacterias. Los virus más usados como retrovirus y virus en Mosaico pueden causar cáncer y otras enfermedades. La recombinación de transgenes puede generar virus más agresivos e infecciosos.


El caso del maíz STARLINK en EEUU.

El maíz Starlink, producido por Aventis, tiene insertada la poderosa toxina Bt (Bacillus thuringiensis). Fue aprobado sólo para alimentación animal debido al temor de provocar alergias en humanos puesto que posee una potente toxina alergénica llamada Cry9C.



En septiembre del año pasado se detectó en Estados Unidos que el maíz Starlink había entrado en la cadena de consumo humano; inicialmente se encontró en los tacos de Kraft y provocó más de 30 casos de personas con alergias por su consumo. Ello llevó a un masivo retiro de los alimentos fabricados con este maíz y grandes pérdidas a los agricultores, almacenadores y procesadores de alimentos.

Posteriormente se detectó en muchos otros productos, lo que originó que se retiraran alrededor de 300 productos del mercado de Estados Unidos por contener este maíz. (Biotech Activists, 25 En. 2001). Se retiraron 2,5 millones de cajas de tacos de maíz y fueron eliminados 350.000 acres de maíz Starlink plantado en Estados Unidos. Las pérdidas por este maíz G.M. ascienden a cerca de un billón de dólares. (Biotech Activists, 25 En. 2001 y Wall Street Journal, 24 En.2001).



Varias encuestas realizadas a la opinión pública en Estados Unidos y Canadá mostraron que entre el 51 por ciento y 60 por ciento estaba en contra de los alimentos MG y que una inmensa mayoría (80-94 por ciento) estaba a favor de un etiquetado de estos productos. En 1999 el 33 por ciento de la superficie cultivada de maíz era MG mientras este año es solamente de 19,5 por ciento, esto sucedió en gran parte por la reacción pública en todo el mundo por el Starlink.


Peligros de la soya RR para la salud humana y animal

Debido a la enorme cantidad de maíz, soya y productos derivados que el país esta importando de Estados Unidos, y teniendo en cuenta que ninguna autoridad nacional está tomando medidas de control sobre el origen de estos productos, es muy probable que el maíz y la soya que estamos consumiendo puedan contener un buen porcentaje de productos transgénicos.



Para el caso de Colombia esta situación es preocupante si se tiene en cuenta que no existe una ley nacional de bioseguridad que ejerza un control que permita identificar y evaluar la importación de alimentos GM. Ninguna autoridad nacional competente de los ministerios del Ambiente, de Salud y de Agricultura tienen normas de bioseguridad al respecto. Solamente existe la Resolución 3492/98 del ICA sobre bioseguridad, “que reglamenta la introducción, producción, liberación y comercialización OMG”; (pero sólo de plantas transgénicas de uso agrícola, es decir sólo material reproductivo”. Por lo cual no existe control sobre el 90 por ciento de los OGM que pueden entrar al país, que incluye alimentos y productos derivados de OGM, animales y microorganismos.

Los alimentos transgénicos en Colombia

En la última década Colombia pasó de ser un país autosuficiente y exportador de alimentos a importador de gran parte de los productos agrícolas que sustentan la seguridad alimentaria. Por ejemplo, hasta inicios de la década del 90 se producía el 95 por ciento del maíz y el 70 por ciento de la soya para consumo doméstico; pero la aguda crisis del sector agropecuario ha hecho colapsar gran parte de la producción agropecuaria nacional. Es así como para el año 2000 la producción nacional de maíz y soya disminuyó dramáticamente y se importaron más del 70 por ciento del maíz y del 80 por ciento de la soya que se consume en el país. Para el año 2000 Colombia fue el sexto país del mundo importador de maíz de Estados Unidos. El gobierno colombiano, frente a la crisis del sector agropecuario, ha realizado la apertura generalizada de las importaciones de los productos básicos de la agricultura y la alimentación.

entragado por:
saray ramirez
vicky alvarado
fuente:

http://www.biotech.bioetica.org/i5.htm

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