lunes, 30 de mayo de 2011

las ventajas y limitaciones de los transgénicos para la salud, el hambre y la agricultura, entre otros aspectos?

El trabajo con los alimentos modificados genéticamente o transgénicos, es realizado en conjunto por la Biotecnología y la Ingeniería Genética, las cuales buscan unir los adelantos de la técnica a los seres vivientes del planeta.

La biotecnología consiste en la utilización de seres vivos o parte de ellos, para modificar o mejorar animales o plantas o para desarrollar microorganismos. El hombre lleva miles de años utilizando estas prácticas para optimar su alimentación, aunque los métodos actuales han cambiado radicalmente las formas y la eficacia.

La primera vez que se usó algo parecido a lo que hoy se entiende por biotecnología fue para producir bebidas alcohólicas. Los responsables de esta primera gran carrera biotecnológica fueron los babilonios, hacia el año 6.000 a. de C. Y en el año 4.000 a de C., los egipcios recurrieron de nuevo a esta técnica para producir pan y cerveza. Mil años después, en Oriente Medio, se empleó la forma primitiva de la biotecnología para conseguir la fermentación de la leche en forma de queso y de yogurt, logro que franceses y suizos, hoy acreditados maestros queseros, tardaron 4.000 años más en alcanzar; también el vinagre se obtuvo por este medio en Egipto, 400 a de C.

Fue a mediados del siglo XIX, con los trabajos de Pasteur (ver página 32), cuando se sientan las bases de un método sistemático para la modificación de los alimentos, al enunciar éste, en 1857, la teoría biológica de la Fermentación.

Otro hito en la historia de la biotecnología fue el nacimiento de la genética, gracias a los estudios de Mendel (ver página 33), quien, entre 1856 y 1863, realizó ensayos sobre la herencia de caracteres en guisantes, permitiendo, con tales resultados, la obtención de nectarinas, manzanas con sabor a pera y otros productos artificiales que el consumidor acepta sin problemas.

Posteriormente, se inicia un período de trabajo con las sustancias que, en el futuro, se ocuparán para la modificación genética de algunos seres vivos, como son las enzimas, estudiadas por Brüchner (ver página 34), en 1893, mediante la observación de la levadura.

Principiando el siglo XX, 1940 tiene su propia carta de presentación con la producción de penicilina y otros antibióticos, utilizando para ello la manipulación de ciertos microorganismos.

Hacia 1953, J.D. Watson y F.H.C. Crick (ver páginas 35 y 36) proponen que la herencia estaba ligada al hoy casi familiar ácido desoxirribonucleico o ADN, componente fundamental de los cromosomas.

También se descubrió que la información contenida en el ADN está codificada. Y que sus “claves”, comunes a todos los seres vivos, son el “código genético” .

Comenzando la década de los '70, surge una nueva ciencia, que será la responsable de los próximos trabajos y de los AMGs: la Ingeniería Genética. Se aplicó inicialmente (por su alto costo) en la producción de sustancias con usos farmacéuticos, como la insulina, modificando genéticamente microorganismos. Con los posteriores desarrollos, se obtuvieron también enzimas para uso industrial, como la quimosina recombinante, utilizada, al igual que la obtenida de estómagos de terneros jóvenes (su fuente original, el "cuajo"), para elaborar el queso.

En posteriores estudios, se sintetiza la hormona somatrotopina bovina, al introducir un gen en una bacteria y se logró incorporar con éxito un gen para que remolacha, patata, tabaco, tomate y maíz sinteticen una molécula con toxicidad exclusiva para las larvas de insectos. Otros ensayos modificaban características de las plantas para mejorar su valor nutritivo y aumentar la consistencia (mantener constante la tersura del tomate tras su recolección o reducir los efectos de las heladas sobre algunas plantas) o, incluso, obtener nuevas variedades de flores

(petunias de color bronce insertando un gen de maíz o rosas azules introduciendo un gen de petunia).

En 1973, un grupo de eminentes científicos hicieron un llamamiento para establecer una exigencia a ciertas líneas de investigación, dado los riesgos imprevisibles asociados a una posible fuga y proliferación de organismos manipulados mediante Ingeniería Genética en laboratorio.

En 1975, en la conferencia de Asilomar en Estados Unidos, los científicos miembros de la Comisión sobre ADN Recombinante de la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU (presidida por Paul Berg y que incluía a James Watson) hicieron pública una declaración alertando de que “hay grave preocupación por la posibilidad de que algunas de estas moléculas artificiales de ADN recombinante resulten biológicamente peligrosas”. La declaración hacía un llamamiento a los científicos para aplazar de forma voluntaria ciertos experimentos relacionados con moléculas de ADN recombinante.

Posteriormente, a medida que muchos científicos se implicaban cada vez más en el campo de las aplicaciones comerciales de las nuevas tecnologías, y se encontraban más cómodos trabajando con organismos de laboratorio disminuidos genéticamente, el auto-control que la comunidad científica había demandado se fue desvaneciendo.

En los últimos veinte años, ha habido una tremenda expansión de la investigación, comercialización, y pruebas a pequeña escala, y cada vez más también a gran escala, que implican la liberación de alimentos manipulados mediante Ingeniería Genética (AMGs).

Sin embargo, la era de los denominados "alimentos transgénicos" para el consumo humano directo se abrió el 18 de mayo de 1994, cuando la Food and Drug Administration de Estados Unidos, autorizó la comercialización del primer alimento con un gen "extraño", el tomate "Flavr-Savr" (ver página 36), obtenido por la empresa Calgene. A partir de este momento, se han obtenido cerca del centenar de vegetales con genes ajenos insertados, que se encuentran en distintas etapas de su comercialización, desde los que representan ya un porcentaje importante de la producción total en algunos países hasta los que están pendientes de autorización.


Qué actores sociales deberían decidir sobre el uso y consumo de transgénicos en nuestro país?

DEBERIAN DECIDIR SOBRE EL USO DE TRANSGENICOS Y CONTROLARLOS AQUELLAS ENTIDADES ENCARGADAS DEL MEDIO AMBIENTE Y DEL SECTOR AGRICULTORIO, COMO POR EJEMPLO:
- ICA
- CENTRO PROVINCIAL DE LOS PUERTOS
- ENTIDADES DEL GOBIERNO EN PROTECCION DEL MEDIO AMBIENTE.

participación publica en transgenicos

Frente a la defensa de los intereses de las multinacionales que sigue representando el Gobierno de España. Agricultores, ecologistas, consumidores y un nutrido grupo de organizaciones de la sociedad civil [1] presentan la Tercera Semana de Lucha contra los Transgénicos, en la que animan a la sociedad española a que muestre un año más su rechazo a los Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y a que participe en el conjunto de actividades que se desarrollarán por todo el país, entre las cuales habrá protestas, acciones informativas y reivindicativas en la calle, en supermercados, en campos, conferencias y charlas, proyecciones de películas, debates y reuniones con agentes sociales [2].

Tras protagonizar en abril de 2009 en Zaragoza y abril de 2010 en Madrid las dos mayores protestas contra los transgénicos que se recuerdan en Europa, la situación en España no ha cambiado nada. En 2010, en España se sembraron alrededor de 70.000 hectáreas de maíz transgénico comercial, y la mitad de los ensayos experimentales al aire libre con estos peligrosos cultivos en la Unión Europea. Todo esto en una situación de absoluta falta de transparencia y control. Frente a esta posición, países como Francia, Alemania, Austria, Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia han puesto freno a los transgénicos en su territorio. España se mantiene como por tanto como el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala.

En diciembre de 2010 las revelaciones de Wikileaks demostraron que la política sobre los transgénicos del anterior equipo del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) estaba dictada por los intereses de EEUU y sus multinacionales. Recientemente la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, ha anunciado que “desde el Gobierno no queremos ir a más en cuanto a la producción de transgénicos”. Un importante mensaje teniendo en cuenta la realidad de estos cultivos en España, que sin embargo no ha calado entre los miembros de su Ministerio, que continúan la tónica iniciada por los Gobiernos del PP y continuada por Elena Espinosa de abierta colaboración con la industria de los transgénicos y falta de participación pública real.

Los transgénicos no son la solución a los problemas del campo ni aportan nada positivo a los consumidores, al contrario, cada vez son más los datos científicos disponibles sobre los riesgos sanitarios de los OMG y de los agrotóxicos empleados en su cultivo.

entregado por:
saray ramirez
vicky alvarado

fuente:

http://www.biotech.bioetica.org/i5.htm

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